Para Cristina Garcia, Gabriela Becerra, Andrea Mía Espinoza, Sofía Benavides, Victor Espino, Flor Matos, Alessandra Mora, Ingrid Delgado, Fiorella Hayayumi, Mariano Luque (y te puse CANTANTE), Alberto Castro, Guillermo Loli, Carlo Rodríguez, Javier Álvarez, Ricardo Chang, Rafael Pinillos, Guiliana Alvino, Anggie Rivera, Lesly Davalos, Andreita Palza (quien impone tendencias), Christian Pulch, Marisol Alcántara, Daniel Castillo, Andrea Zorrilla, Patty Gutierrez, Sheylla Sanchez, Jessie Florez, Ioannis Tsokos, Francisco Roca-Tamayo, Sthefanie Mayer, Brando Saravia (que me dijo escritora), Daniela Ruiz, Daniela Rodríguez, Bruno Gotelli (por ser el hombre “google”) y creo que a nadie más. A todas las personas geniales que pude conocer este ciclo, porque más que un saludo, es bueno que sepan que cada uno de ustedes guarda dentro de su corazón algo especial que los hace diferentes y únicos.
Ayer estaba sentada en mi cama mirando televisión (misma rutina, diferentes vacaciones) y al consultar el reloj de pared me di cuenta que ya era tiempo de que me cambiara de ropa y vaya a disfrutar mis vacaciones. Me volví a sentar y decidí ver Red Global. Canal 13 –pensé- y al ver que mi televisor no respondía a mis órdenes recordé que ya no seguía sola (y feliz) en mi departamento, sino que había vuelto a la casa que un día deje para no querer regresar. Entonces me empezó a doler la cabeza como ahorita y decidí no hacer nada, solo cubrirme con una almohada para tratar de no respirar jamás, pero mi mamá me interrumpió, no para saber cómo estaba sino, para decirme que necesitaba mi ayuda… ¡que buenas vacaciones!
La mitad de todo
Cuando comencé el 5to ciclo de la universidad no me había percatado que estaba en la mitad de mi carrera. En realidad cuando las clases empezaron recuerdo que me detuve por cuatro o tres minutos en la puerta y me dije “ay dios en verdad no quiero entrar” luego volví a mirar el mensaje de Gaby Becerra quien me indicaba el salón y me recordaba que la clase había comenzado hacia media hora pero que al parecer a la profesora no le interesaba mucho si alguien se perdía la primera hora de su clase. Mostré mi carnet y seguí mi camino hasta el R, durante ese trayecto miraba al piso porque no deseaba ver a nadie (a esa persona para ser mas especifica), pero al momento de llegar a la puerta del salón suspire y sonreí “nada interesante ha pasado… tranquila”. Así pasaron las horas. La hora de almuerzo llego rápido y Gaby hizo todo para protegerme. En verdad necesitaba a alguien que me apoye y que no me recrimine por haber hecho “eso”. Tengo que decirlo Becerra, gracias por apoyarme los días antes, durante y después de aquel problema. En ese momento comprendí lo que valía una amistad y más cuando dijiste que “ya no era solo mi problema, era nuestro” y así fue hasta el final.
- Pero Gaby mira… tienes que entender que…
- Victor ¡NO! Arrastra las palabras al hablar y HAAA eso me desespera
- Pero, es que el seria la persona que…
- NO ME INTERESA… DILE QUE SE VAYA
Después de la desastrosa participación de Sandro M. en mi trabajo de Sociedad y Medios Masivos, Sofía y yo nos decidimos a estudiar conscientemente para los desastrosos finales. Uno que otro ser se paso rondando la meza, preguntándonos algunos tips. En la esquina una pareja de chinos no dejaban de hablar sobre derivadas y besarse mientras uno calculaba su promedio y la otra trazaba rectas imprecisas sobre su cuaderno “ayyy el amor” y en verdad es eso. El amor es un “AY”, “ay me duele la cabeza, ay me duele el corazón, ay me duele el tiempo que he perdido por ti, ay me duele la basura que guarde solo porque tú me la diste, ay me duele que quieras a alguien más, ay me duele haber sido la imbécil todo este tiempo”. Me duele haber llorado tanto porque ni mis ojos te merecen y menos mi cabecita llena de pensamientos y canciones solo para ti. Hay que esperar. Hay que lograr enamorarse de nuevo, porque si un 16 de abril llegó de la nada para traerte, quizás un 16 de diciembre se quede en la historia, en ese baúl de malos recuerdos, de las verdades dolorosas que fastidian pero abren los ojos a las enamoradas.