Juan Diego:
Son las 7:24 de la noche. Ayer quise escribirte pero supuestamente me quede estudiando idiotizada frente a mi computador. Es verdad, no hice más que entretenerme en el internet y querer olvidar cualquier cosa que pasó. Fue imposible. Cada vez que cierro mi computadora para descansar no puedo más con mi alma. Hay un nudo en mi garganta que raspa mi pecho cuando respiro. Me queda solo suspirar. Suspirar y acordarme de qué he hecho mal para sufrir de esta manera. Miro tus fotos en mi pared y solo quiero que, en donde estés, vengas y me abraces. Que me lleves junto a ti porque ya no quiero luchar jamás, ni por él, ni por mí, ni por lo que puede quedar. No sé si los demás sienten tal situación. No sé si él si quiera se preocupa por todo lo que hizo mal, lo que hice mal…
¿Por qué las personas dicen que estar enamorado es lo más “bello”? ¡MENTIRA! Tú te fuiste de mi lado porque estabas enamorado. Yo me siento triste todos los días por estarlo y solo quiero terminar con esto de una vez porque es más fuerte que yo y no lo soporto. Mis ojos ya se cansaron de llorar y mi alma de romperse a pedazos cada vez que lo veo. El sonriente como si nada hubiese pasado ¿Cómo puede estar tan tranquilo? Si rompió mi corazón y es por su culpa que me siento vulnerable a seguir viviendo o a tener expectativas en un mas allá, en el futuro (como decía mi lectura de bienestar). Sin embargo, lo miro y sé que es él y nadie más. Que lo quiero (y a este paso, más que a mí) y que cada vez que él se da media vuelta y se aleja, parte de mi se va con él. Como esa parte que se fue contigo para nunca volver.
No sé donde estas. No vienes, no te veo. Lo último que supe de ti fue que apoyabas tu cabeza sobre la luna de un autobús. Te vi pasar, nos miramos y sonreímos. Si hubiera sabido que sería la última vez que te vería, hubiese dejado todo en Lima, porque nada vale la pena si tú no estás conmigo. No sabes cuánto te necesito. Quisiera que me consueles cuando lloro y que entres en mi cabeza para arrancar todos los pensamientos que hoy me atormentan… solo desearía que estés vivo para sentirme tranquila… lo demás lo superaría con solo tener la idea de que levante el teléfono y podamos conversar por horas como antes. Pareciera ayer… faltan solo dos días y nunca me he sentido tan triste como hoy, tan estúpida de seguir intentando algo que no va más. No quiero ni pensar cómo será el sábado… te he contado todo lo que me pasa pero nunca te pregunté como estas, como te va… ¿volverás?
(Escrito el 17 de setiembre del 2009... pero sin embargo, nada ha cambiado hasta hoy)
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