Cómo vai você ?

Para Diego Fernando Escalante Ludeña. El novio del cole... como olvidarlo si cada dia que pasa sigo pensando en él. Me divertiré en el pueri por ti Escalera, tu tambien pásala bien.
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Querido Diego:

Cuando regresaba de la universidad, la combi se estacionó frente a un colegio y aunque los alumnos eran sumamente diferentes a mi escuela, no dejé de recordar aquellas épocas en las que yo vestía falda gris y blusa blanca.

El cole… han pasado ya 3 años desde que dejé de ser la colegiala ilusa e ingresé a la UNIFE pensando que podría estudiar Educación Especial (ahora me encuentro en la ULima estudiando comunicaciones). Parece que fue ayer cuando nos peleábamos con las de 4to de secundaria por los chicos (y a mí que no me gustaba el novio de una de ellas) o cuando apuntaba todos los conectores lógicos en la carpeta para los parciales y bimestrales. “Recordar es volver a vivir” ¿no dicen? Pues bueno, recordemos nuestras épocas Escalante.

Cuando te conocí, tú estabas corriendo a gran velocidad por la Católica. En ese preciso instante yo le estaba comentando a Milagros Mendoza que no todos los chicos que estudiaban ahí eran feos… mi mente me decía que había uno que otro simpático. Y apareciste tú con tu polo amarillo.

—Como ese, por ejemplo— le dije a Milagros.
—Mmm… se me hace un poco conocido—respondió.
— ¿A si? Preséntamelo— dije.
—Puede ser.

Quien iba a decir que dos semanas después ella me informaría que tu apodo era “Abeja Maya” y que estudiabas en el muy codiciado colegio “Claretiano”.

—Y que más—dije con ansias.
—Nada pues, que mas quieres saber—respondió Milagros.
—No se… ¡algo!
—Te voy diciendo que está en 2do de secundaria
—Y yo en 4to… ¿Qué tiene que ver?
—Mucho… olvídate de él, tiene enamorada.
— ¿Quién es?— pregunté yo inquietada
—Romina, estudia en tu cole.
— ¿En el Sanvi?
—Sí, esta en 3ero.

Fue fácil buscar a la tal Romina y suponer que estaba en el grupo de las creídas del colegio. Al parecer ella se enteró que tú me gustabas porque al pasar por su lado gritaba cada insulto que hasta me daba risa. No comprendí cómo ese día que te agregué al Messenger de la nada conversamos. Tú eras amable y cordial (como me lo había imaginado) y yo era extraña, tenía miedo, miedo de que tú no contestes, miedo de cagarla toda con un clic… miedo de dejar de hablar contigo. Todo eso se esfumó cuando dijiste que ibas a llegar temprano a la Cato solo por mí. Ese día todo se tiño de rosado a mi alrededor hasta que alguien diciendo “Señorita, su tiempo” reventó mi bomba de cristal.

El lunes llegó muy rápido “¿Cómo nos encontraremos?... pucha que vergüenza”. Para mi era una cita, una de las que siempre recordaría (y tuve razón ¿no?). “¿Estaré bien vestida?”. Eran las 5pm y no llegabas. “Me sentare a leer algo de Historia del Perú, esta vez no puedo copiar todo”. Elegí el piso en vez del banco y leí 30 veces la misma línea hasta que llegaste tú, vestido con un polo blanco simple pero encantador para mí. Me saludaste, hablamos como si nos conociéramos de antes… te pregunté sobre Romina y desgraciadamente me respondiste: “Sí, estoy con ella… ¿la conoces?”. Yo con una sonrisa nerviosa atiné a decir “La odio… osea… no la odio… es que, tu sabes… las de 4to siempre odian a las de 3ero ¿me entiendes?”. Creo que nunca llegaste a comprender mi mensaje, no importaba, te poseía a mi lado y podría lucirme todo el día contigo.

Después de ese día, yo me vestía diferente. Ya no iba en buzo, me compre mas jeans y libros para aparentar que era culta y buena alumna (lo que le faltaba a tu novia: cerebro), nos íbamos juntos al paradero y yo reía mientras le rogabas a tu profesora 2 puntos mas en el speaking. ¿Cómo pretender no recordar eso? Si pase los días más felices de mi vida a tu lado Escalera. Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, solo veía tu actitud entrando por el salón del frente. Eras tan perfecto que me drogaba el placer de tenerte cerca.

Prometiste bailar conmigo, pero ese día no cumpliste. Romina merodeaba cada paso que dabas, pero bueno, me la presentaste y con eso demostraste que ni ella ni nadie decide sobre tu vida. Ese día me enamore más de ti. No sabia que tenias, pero me encantabas. La melodía de tu voz, tus ojos color miel (aunque me percaté mas adelante que eran verdes) y ver tu imagen enternada toda la noche era perfecto para soñar en el cole. Repetía cada escena de la fiesta con Nathaly Ramos. Las del salón se mataban de la risa y se burlaban de Romina. Cada una de ellas la odio en su momento, después, la dejamos en paz porque la expulsaron.

Después que rechazaras la invitación para ser mi pareja de promoción, me tuve que ir a Lima. Lo que mas me dolió dejar fue a ti. En el camino lloraba silenciosamente y me repetía si lo que estaba haciendo era correcto. Aun no lo sé. Pero llegue a la pensión y casi todas teníamos ese problema. La ociosidad hizo que, un día, Ilinka y yo te escribamos una carta. Los días pasaban y tú no respondías. Quería intoxicarme con el pastel de papa de la hermana Gladys, hasta que un viernes 22 de septiembre del 2006 escribiste:


.....‏
De: diefer1991@hotmail.com
Enviado:
viernes, 22 de septiembre de 2006 2:45:03
Para:
adita73_1@hotmail.com

bueno he leído tu carta y me pareció bien xver ..gracias nserio pero
derrepent no soy la persona q tu crees q soy pero de toas maneras gracias...
pero io me pregunto algo por que dejaste q pasara tanto tiempo? te digo la
verdad yo si sabia q tu sentias algo por mi... y no tuviest tener verguenxa
de xpresarlo bueno talvez por lo q ers mujer y no es comun eso d las
mujeres decir lo q siente aunq no se por nserio ... no tiene nada de malo y
es la verdad tiens toda la razon bueno tu tambien me parecist y m pereces
un chica bien xvere en verdad .. ojala q too t salga bien y porsupuesto q tu
sts bien weno t dejo bye cdtm ... staremos hablando ojala q muy pronto....


D!ÚfÚr


Respondiste y lloré. La felicidad me duró poco. Quería regresarme a Trujillo en ese instante y caer en tus brazos. Ilinka se enteró al día siguiente y lloramos juntas. Ella por ese chef y yo por mi estudiante de 4to año de secundaria que aun amaba.

Se me escarapeliza el cuerpo por pensar en qué hubiera pasado. ¿Estaríamos juntos? Tú sabes que aun me muero por eso… porque a pesar de que diga que te he olvidado, cada canción de los Kumbia Kings, cada quinceañero, cada hoja del libro Headway llevan impreso tu nombre.

¿Estoy haciendo bien Diego? ¿Tu que opinas? ¿Que cada uno siga con su vida mejor? Tienes razón. Pero he de recordarte que aun si aquí hay un Manuel Tejero, un Manuel Moreno o un Roberto Streuli, tú ocuparas un lugar muy especial en mi corazón. Como ayer, como siempre… Te quiero.



El video que les cuelgo es súper conocido. “Mi dulce niña” de los Kumbia Kings (hoy Kumbia All Stars). La única canción que bailé con Diego Escalante en el quince de “Karenshita”. ¿Cómo conseguimos los pases? Ni yo me acuerdo… (¡Mentira! Gracias Milagros Gallardo).