jueves, 4 de febrero de 2010

"Ultima" sesión

Siento que desde hace mucho no escribo… ni aquí ni en un papel común. Las vacaciones a algunos les ha asentado perfecto y a otros, como yo, pues se pasan lentas y calurosas. Deberían ser más cortas, como las de julio: solo dos semanas para desaparecer y 5 para borrar los peores recuerdos de Trujillo ¿Qué fácil no? Y mirándolo desde ese ángulo todo se simplifica porque solo queda la unidad… una persona que sufre.

No entiendo porque las personas sufren por pares cuando en realidad, es triste reconocerlo pero, uno de esos pares borra por completo todo lo que paso y decide ponerle punto final a cualquier futura conversación. Tu le mandas algo que salió de tu corazón y él, pues decide no responder, y está bien, porque es la primera reacción que esperas, aunque en el fondo… ¿a quién engañamos? Quisiéramos que ese alguien se ponga los pantalones y de la cara como debe ser. Pero ¡porque haría eso! Si está feliz con otra y ¿Qué sucedió contigo? Pues aquí bien gracias ¿y tú?

(…) Y decides pasar a la otra página, esa en donde escribes de titulo “COMENZAR DE NUEVO” y borras todo lo que te haga recordar al pasado. Lo único malo es que las personas con las que quieres rehacer tu vida conocen los tiempos anteriores y les gusta, les encanta engañarse más… y te hacen de lado mencionando que la culpa es toda tuya. Tú reconoces gran parte de aquel tropiezo pero pides apoyo ¿apoyo? –Te dicen– Apoyo para qué. Y si, desgraciadamente confiaste tanto en esa persona que creíste que gran parte de ti podría ser reemplazado por él. Te vendió telas de colores, los mejores olores… todos ellos falsos. Pero no poseías dinero con que pagarle: ¡Para que dinero! –Pensaste– Le entregaré algo más valioso que eso. Suena cursi y hasta extraño pero de un bolsillo sacaste tu corazón y se lo diste con desconfianza pero tus impulsos de ser humano confundido y enamorado te indicaron que era lo mejor. Lo mejor para matarte, porque él se fue y es feliz ahora. Lo ves caminando, aprecias su sonrisa en su rostro y le susurras al odio: “no te preocupes mi amor, yo voy a sufrir por ti, yo voy a llorar por ti, yo voy a cargar con este peso que cada día se hace más difícil… pero yo lo hare porque quiero mostrarte que puedo”. El ya ni te reconoce, es como si nunca te hubiese visto, voltea y continúa abrazando a alguien que no eres tú. Solo te queda levantarte y rascarte el pecho para ver si sientes algo ¡¿Qué vas a sentir si él tiene lo único que te hacia vivir?!

Y ahora ¿con que respiras? Pues con las sobras que él te dejo antes de irse. Te miras al espejo y ya ni reconoces en que te has convertido. Te das asco y te escondes para que el resto no te pregunte que paso con él. Te sientas en tu cama a pensar que quizás el sufre también… después te volteas y sabes que es imposible que alguien que no se entrega por completo sienta algo… porque ¿te dejo sola no? Entonces gritas desesperada diciendo que le inventaras una maquina que lo torture. Después pierdes tus fuerzas luego de llorar, sobarte los ojos y tomarte tus lágrimas; cruzas tus brazos ya rendida ¿Qué le puedes hacer? Al final gastarías las últimas esperanzas que tienes, porque ni al arrancarle algo carnal logras que él te ame. Hoy quiero lo que es mío. Quiero mi sonrisa y mi corazón. Quiero que seas hombre tu maldito hijo de puta ¿es mucho pedir cuando sabes que aun te quiero?


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